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HISTORIA DEL CANDOMBE

Un poco de historia
El Candombe es supervivencia del acervo ancestral africano de raíz Bantú traído por los negros llegados al Río de la Plata. El término, es genérico para todos los bailes de negros: sinónimo pues, de danza negra, evocación del ritual de la raza. Su espíritu musical trasunta las añoranzas de los desafortunados esclavos, que de súbito se vieron transplantados a América del Sur, para ser vendidos y sometidos a duras faenas. Eran almas doloridas, guardando incurables nostalgias del solar nativo. En época de colonia, los africanos recién llegados llamaban a sus tambores con el nombre de tangó. Con este vocablo también llamaban al lugar donde los negros realizaban sus danzas candomberas, las cuales además eran denominadas con este término. Con la palabra Tangó se designaba el lugar, el instrumento y por extensión el baile de los negros.

En los albores del siglo XIX, al Cabildo de Montevideo le preocupaba seriamente la realización de los candombes, a los que denominaban indistintamente "tambó" o "tangó", prohibiendo y castigando duramente a sus cultores por considerar que esta danza era un atentado a la moral pública. En 1808 los vecinos de Montevideo solicitaron al Gobernador Francisco Javier Elío, que reprimiera más severamente los candombes y "prohibiera los tangós de los negros".

Los tambores afrouruguayos dentro de la comparsa tradicional son cuatro: chico, repique, piano y bombo , pero la base fundamental de nuestro Candombe, por muchos años ha sido y es chico, repique y piano.

 Personajes y elementos típicos.
 El gramillero. Brujo o curandero de la tribu africana que curaba con yuyos y "gramillas", de allí el origen de su nombre. Luce barba de algodón, sombreo de copa, negra levita, anteojos, bastón y maletín en su mano emulando al "dotor" del Montevideo colonial. Entiende que tal atuendo le da autoridad y experiencia.
La mama vieja. Ama de llaves en las residencias del Montevideo Colonial. Imita a su "Mercé" en ritmo de candombe, luciendo ropas obsequiadas por ésta. Su infaltable abanico o sombrilla, son los elementos con que su amita se cuidaba del cálido sol y el aire marino, en los paseos dominicales del viejo Paseo del Recinto.
Lubolo. Quiere decir blanco de cara pintada, o blanco pintado de negro. Existen antecedentes que, las primeras comparsas eran de blancos que entendiendo debían aportar a aquellos carnavales otra dinámica, "copiaron" a los negros de entonces, sus pasos, ritmo y coreografía, logrando hacerlo casi a la perfección, pero les "faltaba" el color. De allí el término lubolo explicado al comienzo. En algún pasaje de estas referencias ponemos énfasis en la hoy llamada "Comparsa Lubola", ya que su correcta denominación sería Agrupación o Sociedad de Negros tal como se denominaban las primeras comparsas afrouruguayas.


Aunque "en llamada", ejemplo 30 o 40 tambores, el bombo tiene enorme gravitación para el paso de la comparsa, el piano es quien en realidad "comanda" la cuerda de tambores tal como genéricamente la llamamos nosotros los negros, y no grupo de tamboriles o los pinos como se ha señalado en alguna oportunidad.


El escobero. Antiguo "Bastonero" de la tribu africana que manda la rueda con largo bastón que daba contra el piso, al grito guerrero de Calunganuee! Uee! Yumbá! A través del tiempo, trocó su bastón por una escobita que maneja con tal destreza que maravilla al espectador. Viste además delantal de cuero lleno de espejitos y cascabeles.


Comparsa en llamada. El concepto de la palabra "llamada" en este caso, se remonta a algunos años en el tiempo. Nos contaron nuestros abuelos, que antiguamente las comparsas de negros que alcanzaban a integrar hasta 300 componentes, se desplazaban a pie, algunos a caballo (los de más jerarquía) para realizar sus actuaciones en los tablados. Tal como hoy tocamos a la puerta o el timbre para comunicarnos con quien deseamos, aquéllos se iban "llamando" al rito del tambor, algo así como un tam-tam ciudadano. Un determinado componente colgaba su tambor en bandolera y así iba reclutando en casa a la mayoría de sus compañeros.
Los símbolos infaltables en estas agrupaciones aunque trastocados en su real significación, aún siguen teniendo alguna coincidencia. El más importante de ellos: el estandarte. Es el baluarte de mayor significación en la comparsa. Otrora, el portaestandarte debía reunir un cúmulo de condiciones para que fuera merecedor de tal distinción. Las estrellas y medialunas, significan la recordación al respeto que los antepasados africanos tenían sobre estos símbolos astrales. Las banderas lucían los colores que identificaban a las "naciones" referidas anteriormente. El dominó, o capa como muchos lo llaman, deriva de los pomposos atuendos usados por los auténticos jefes o reyes tribales.
La vedette Personaje foráneo en nuestra comparsa. Nacido en París, heredado por Cuba (Comparsas Sonoras). Desde la isla antillana es transplantado a Uruguay, para convertirse a partir de los años 40, en el personaje primordial de la comparsa lubola montevideana. ...


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